Calcetines amorosos para unos pies frios
Como dirían algunas, últimamente estoy tonteando con el lado iluminado (punto de dos agujas). Y es que hay que tocar de todos los palos un poquitín, ¿o no? Y picada por algunas locas de los calcetines, he caído en su vicio y me he enganchado. Estos son en realidad los segundos calcetines de punto que hago, pero los primeros que considero "enseñables".
Los empecé por mi cuenta sin consultar con nadie los puntos que debía usar y me pasé de anchos, así que cuando llevaba unos siete centímetros di el tirón y volví a empezar.
Me los he llevado a varias quedadas, a ver si les daba el empujón definitivo.
No busqué empezar con el mismo color queriendo, para que se viese "más artesano", pero no me fijé que en cada ovillo la secuencia de colores era diferente. Me pareció que así quedaba hasta más simpático y me agradó la idea. Además de esa forma me resultaba más sencillo decidir la longitud que les iba a dar: pararía cuando el final de uno coincidiese con el principio del otro. Así parece que los llevas al revés ;-)
Y es que al paso que iba no iban a ser estrenados hasta el año que viene. Pero esta ola de frío que tenemos me ha puesto las pilas (y me ha quitado las ganas de salir del sofá) y ha ayudado a que se puedan disfrutar ya.